El amor no mata, por Paula Pamela Vilches

Analizaré la película documental “Violencia Doméstica” de Frederick Wiseman[1], la cual aborda un tema tan complejo como es la violencia de género, registrando testimonios y vivencias directamente de sus protagonistas; la filmación transcurre en el centro asistencial The Spring[2], allí no solamente se brinda protección, alojamiento, contención psicológica, posibilidad de integrarse a la sociedad mediante un empleo y una vivienda a hombres y mujeres víctimas de maltrato, sino también se otorga asilo a sus hijos, (en el momento de la filmación la cantidad de niños y bebés era superior a la de adultos).

El tema de la película se inscribe en delitos denominados como violencia de género aunque el hecho de que el director haya elegido titularla, “Violencia Doméstica”, da cuenta quizás de una problemática que gira entorno a ello, como afirma Ariznabarreta en su texto “Algunas consideraciones en torno a la denominación violencia de género”, “El hecho de que actualmente estén vigentes bastantes términos “violencia de género”, “violencia doméstica”, “violencia contra las mujeres”, “violencia sexista”..., y de que, tal como veremos más adelante, no exista unanimidad en los diferentes ámbitos (político, cultural, social...) sobre cuál es la denominación más adecuada, explica que los periódicos no coincidan en sus elecciones”[3].

En el film se reconocen por parte de las víctimas motivos por los cuales se llegó a abusar de ellas, ya sea física, verbal o sexualmente, tratando de encontrar una explicación al problema, y de alguna manera comprender los motivos, la mayoría argumenta que los victimarios vivían bajo un entorno hostil desde su infancia, hasta ellas mismas cuentan haber sufrido abuso por parte de su padre, hermanos y/o primos, lo cual facilitó cierta dependencia y sometimiento de adultas.

Si bien existe violencia ejercida sobre los hombres, las principales víctimas son mujeres, los victimarios son sus maridos, parejas o novios en su mayoría; ellas aseguran tener cierta dependencia económica, haber sido violadas por sus esposos, es decir mantener relaciones sexuales sin su consentimiento, golpeadas, apuñaladas, con varios intentos de ser ahorcadas, desfiguradas, golpeadas durante el embarazo; situaciones y temáticas inabordables por parte de los medios de comunicación, y que ninguna cifra puede medir, ya que por ejemplo las violaciones que son consideradas son aquellas que han sido denunciadas, según Silvia Chejter en su texto “El discurso periodístico de la violación en la prensa escrita”, sostiene “...la violación será noticia cuando los sucesos denotados y referidos se encuadren en las definiciones jurídicas que se requieren para aceptar la denuncia de una violación ante autoridad competente...”; “...las noticias de violación son siempre noticias de violaciones denunciadas, y a menudo son informaciones acerca del proceso penal originado en un suceso de violación...”[4] es decir los demás casos, los que suceden puertas adentro de una casa, no son noticiables.

En este caso, el film como objeto de análisis, no permite vislumbrar un narrador tipo o un único enunciador, este estilo de documental o de cine es denominado observacional, de estilo directo, quien lo realiza es Frederick Waisman quien tiene una amplia trayectoria en este tipo de proyectos, se aboca a filmar instituciones, ha filmado manicomios, institutos, comisarías, hospitales, juzgados, escuelas para discapacitados, centros de beneficencia, etc. La realización es sin guión, no hay voz en off, ni música, ni entrevistas tampoco reconstrucciones de los hechos, ni rótulos explicativos. Sólo queda a criterio del director, (quien además es productor y editor), el montaje, es decir la elección de las escenas que se filmaron. Con lo cual si bien de lo registrado existe un filtro de imágenes luego hechas película, no se interviene sobre sus protagonistas muchos menos en los discursos por ellas construidos, podría decirse que su visión tiene un alto grado de objetividad, su fin es dar a conocer a la comunidad la existencia de esos hechos y situaciones contadas.

Este documental nos aleja de los estereotipos que circulan socialmente a través de los medios masivos de comunicación, sobre la violencia de género, quizás estemos más acostumbrados a mirar , leer o escuchar otro tipo de relatos, nunca directamente por sus protagonistas, existen prototipos acerca de cómo son los victimarios y juicios equivocados sobre las víctimas, dado el tipo de sociedad machista en la que vivimos, por ejemplo como afirma Fernández Díaz en su texto, “Las mujeres y los discursos mediáticos”, con el desarrollo de investigaciones acerca de la violencia de género se pudo logar desmitificar al posible agresor o victimario “se otorgó una nueva perspectiva que desmentía la imagen del extravagante pervertido, consumado maníaco o asaltante desconocido, que los medios habían potenciado. Dentro del tema de la violencia de género suscitó particular interés el desarrollo de los procesos judiciales relacionados con una agresión sexual...”[5].

Las mujeres son más proclives a tener miedo, a vivir bajo un “imaginario del miedo” de acuerdo a Rosana Reguillo, es decir dada la espectacularización y dramatización del tratamiento informativo de los hechos delictivos, operando sobre el temor y los miedos instalados en el imaginario social[6].

Esther Madriz en su libro, “A las niñas buenas no les pasa nada malo”[7], evidencia datos acerca de la delincuencia en Estados Unidos, extrayendo conclusiones diversas, por ejemplo, que la mayor parte de los delitos son contra la propiedad, que se estima también que las mujeres se sienten con mayor posibilidad de ser víctima de un ataque, cuando en realidad sucede que los hombres son quienes enfrentan mayor peligro, (aquí estaría trabajando el imaginario del miedo).

Se instruye mediante los medios, cómo se debe tener miedo, cuándo, en qué zonas, ante qué personas (afuera del hogar), cómo hacer para protegernos, pero no se dan las herramientas a quienes realmente atraviesan una situación de violencia de género como para revertirla, la cual es de difícil escapatoria, ya que termina muchas veces con la muerte; nuevamente citando a Madriz se puede dar cuenta de ello, “...con frecuencia los medios de comunicación presentan equívocamente los delitos que se cometen contra las mujeres. La frecuencia y el tipo de delitos contra las mujeres registrados por la prensa generalmente distorsiona la realidad de dónde, cómo, y por quién tienen las mujeres más probabilidades de ser víctimas de delitos”.

También se genera la perpetuación del maltrato del padre hacia sus hijos, en “Violencia Doméstica” claramente se perciben mediante dibujos, expresiones y relatos las vivencias de los niños y niñas amparados/as en The Spring, (quien los hace “expresarse” es un terapeuta del centro asistencial), estos manifiestan la situación de maltrato hacia ellos o sus madres y sus intentos, desde su lugar de hijos/as, por impedir que este se concrete.

Sin ir más lejos, en muchas películas y cuentos se le asigna al hombre un rol protector, fuerte, enérgico, activo contribuyendo a creer que él es quien debe detentar el poder frente a la vulnerabilidad femenina, estas historias arraigan fuertemente el pensamiento y el sistema de dominación llamado patriarcal, sustentado por la ideología de la superioridad masculina, en tanto que las mujeres “son inferiores”, es natural la dominación; con lo cual desde pequeños y no solamente en el hogar se inculca ese tipo de ideas.

Los intentos de escapatoria son varios, a veces los pedidos de auxilio no los hacen las víctimas directas sino allegados, vecinos que oyen las discusiones o golpes, y “conviven” con el maltrato, ya que también lo soportan a diario; hacia el principio del film, aparece la policía, su participación es importante en tanto que aconsejan a las víctimas sobre como proceder ante un caso de violencia, lo que sucede es que este ya se cometió, se han llevado al agresor pero no irá preso por muchas horas, con lo cual la posibilidad de que regrese y se agraven los hechos son mayores, además existe otro problema cuando se ejerce violencia de un individuo hacia otro, sobre todo de un hombre hacia una mujer, la policía interviene como si se tratará de un hecho policial solamente, es decir no se lo considera un problema social consecuencia de la desigualdad de poder entre ese hombre y esa mujer, se lo explica como un asunto privado entre la víctima y su victimario. Aunque en el caso de The Spring la institución trabaja conjuntamente con la policía en tanto que recomiendan a las mujeres acercarse a determinada comisaría para que sean recogidas y asistidas.

Por mi parte considero fundamental establecer y fijar ciertos conocimientos hacia la sociedad para que viejas y obsoletas formas de comunicar sean modificadas, que no se culpabilice a la mujer por sus actitudes, que se termine con cierta paranoia que gira entorno al delito y su manera de acechar a la mujer.

Hacia el final del documental una de las coordinadoras del centro realiza una charla a un grupo de mujeres mayores que llegan de visita y explica que las personas que allí se encuentran no son “diferentes” con problemas “diferentes”, son hombres y mujeres que caminan junto a nosotros, que no importa la edad de las víctimas, que hay abuelas con sus nietos; además recuerda una frase que pertenecen al decir popular y muchas veces no se reflexiona sobre ella: “si les hacen daño por qué no se van” y cita a una de las tantas mujeres con las que se cruzo y a la cual vio totalmente desfigurada, la cual le dijo, “me daba más miedo irme que vivir toda mi vida con este aspecto” y concluye “el poder es tan fuerte que vivir atemorizadas, escondiéndose y maltratadas es superior al intento por marcharse”, no lo dice sin motivos, tiene la experiencia de convivir y tratar de ayudar a muchas mujeres que soportaron años de humillaciones, maltratos de todo tipo pero han logrado decir no, aunque obviamente tengan dudas sobre si lo que hacen esta bien o mal, porque nunca antes habían podido decidir; el poder que ejercieron sobre sus vidas fue tan fuerte que al estar solas se creen incapaces y vulnerables como cuando estaban en presencia de un abusador.

Bibliografía:



[1] Las formas del cine dieron su penúltimo giro dramático en los años sesenta. Algo cambió en sus estructuras estéticas y Frederick Wiseman (Boston, 1935) fue uno de sus grandes transformadores. Cuando las cámaras se liberaron del trípode, Wiseman y otros colegas suyos como D. A. Pennebaker y los hermanos Maysles sentaron las bases del llamado 'Direct Cinema', mientras Jean Rouch o Johan van der Keuken hacían lo propio en Europa con el llamado cinema-verité.
Al recorrer el cine de este director legendario, el último medio siglo de cine documental se despliega ante nuestros ojos en dos vertientes. Mientras por un lado sus películas nos sumergen en la maquinaria social norteamericana -ha filmado manicomios, institutos, comisarías, hospitales, juzgados, escuelas para discapacitados, centros de beneficencia... “sólo me queda la Casa Blanca”, sostiene- por el otro nos permite identificar los cimientos y la evolución del “cine directo”, esa práctica “observacional” del documental moderno que no ha dejado de ejercitar desde que debutó con el clásico Titicut Follies (1963).
“Podríamos decir que todo mi trabajo es una película de ochenta horas -explica Wiseman, pues yo concibo mi obra como un solo bloque”. En forma y en contenido, las casi cuarenta películas que ha realizado, desprecian cualquier comentario a la realidad que captura su cámara. Filma sin guión, no hay voz en off, ni música, ni entrevistas, ni reconstrucciones, ni rótulos explicativos. Wiseman, el hombre sabio, confía únicamente en la filmación inmediata y espontánea de la realidad y en la estructura del montaje para interpretarla.
A mí me gusta equiparar mi trabajo al de un escritor. Lo que hago en la sala de montaje no se diferencia mucho de lo que hace un novelista. Yo también “
escribo” la realidad. Trabajo con tanto rigor el ritmo de cada secuencia como las rimas externas que se producen entre ellas. Como las frases y los párrafos, cada secuencia es una isla y yo formo archipiélagos. Debo explicarme a mí mismo el significado de cada plano. No importa si he llegado a un montaje de forma deductiva o inductiva, que si no me lo puedo explicar a mí mismo, entonces sé que no funciona. Podría repasar cada escena de cada una de mis películas y explicar por qué ese plano está ahí. http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/28469/Frederick_Wiseman

[2] The Spring existe para restablecer la paz en familias violentas, ofrece una serie de servicios para ayudar a las personas, con el objetivo de prevenir la violencia doméstica y ayudar a aquellos que son víctimas. Estos servicios van desde la prevención primaria a los servicios de crisis. La vivienda de transición y servicios de apoyo también están disponibles, para garantizar que las víctimas que buscan nuestros servicios sientan que tienen la oportunidad de un cambio durade ro en sus vidas.
The Spring cuenta con:

- 24 horas de línea telefónica. Orden de Servicio de Protección - planificación de la seguridad.

-Refugios de Emergencia para Individuos y Familias como así también Refugio de Emergencia y de Servicios para Niños.
-Prevención y Educación.

-Extensión de Servicios a la Comunidad -Oficina del Comisario-Abogado con una unidad de protección infantil.
-Asistencia legal .

-Vivienda de transición, se proporciona trabajo y educación para un futuro y sobre todo para que posean independencia gracias a ello.

-Se ofrecen muebles y ropa a las víctimas para comenzar su nueva vida.

- Servicios de Educación a la Juventud –Más de la mitad de las camas en nuestro refugio de emergencia están ocupadas por los niños, hemos creado programas que respondan a sus necesidades, a menudo debido a la violencia de los padres en sus hogares se los priva de la atención y de sus cuidados. Nuestra escuela en el Condado de Hillsborough ayuda a los niños a ponerse al día en sus estudios.

http://www.thespring.org/tp40/page.asp?id=241511 .

[3]Ariznabarreta, Larraitz, y col. (2006):”Algunas consideraciones en torno a la denominación violencia de género”. En Tratamiento de la violencia de género en la prensa vasca. San Sebastián, Universidad del Deusto.

[4] Chejter, Silvia (1995): “El discurso periodístico de la violación en la prensa escrita”. En Travesías, año 3, N°4, noviembre.

[5] Fernández Díaz, Natalia (2003): “Las mujeres y los discursos mediáticos”. En La violencia sexual y su representación en la prensa. Barcelona, Anthropos.

[6] Iglesias, Martín (2005): “Unidad temática: delincuencia urbana- inseguridad”. En Mediados. Sentidos sociales y sociedad a partir de los medios masivos de comunicación. Cuaderno de Trabajo N° 57. Buenos Aires, Ediciones del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.

[7] Madriz, Esther (2001):”Introducción” (fragmento). En A las niñas buenas no les pasa nada malo. México, Siglo XXI.

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